Solo en apariencia es una divergencia contradictoria: cada vez la gente se casa menos y a edades más avanzadas (dato que recoge la nota, fenómeno paralelo al exponencial incremento de niños con madres solas y/o adolescentes) pero el gobierno de Rodriguez Larreta crea con forcéps pompa escénica para las ceremonias civiles. La legislación familifóbica de la era kirchnerista (matrimonoide gay huerfanizador y discriminador de niños, absoluta equiparación del concubinato y matrimonio en el código civil, posibilidad de inscribir niños deliberadamente privados de identidad, oficializando la huerfanización de padre o madre, elminación del deber de fidelidad, divorcio superexpress, etc. ) frivolizó el matrimonio y le quitó todo contenido, da lo mismo casarse que no casarse. La utilización de lugares públicos "emblemáticos" se inscribe en esa tónica, es un inocultable tiro por elevación al matrimonio religioso, de cualquier confesión, pero especialmente el católico, el que todavía conserva las notas esenciales y/o principales del matrimonio, que le dieron origen histórico y lo elevaron a institución fundamental para el progreso de los pueblos y son su razón de ser, pensando en la simiente de los niños, padre y madre, ciertos, reales y responsables.: unión hombre-mujer, deber de fidelidad, indisolubiidad. Aparte me entero pero se entiende porqué, que de director del registro civil de la Ciudad de Buenos Aires está un especialista en "derecho administrativo", Mariano Cordeiro, sin nada en su curriculum de derecho de familia
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