Formalmente destinado a los "padres" para "educación sexual" es en realidad un panfleto en 6 millones de ejemplares, que invade competencias de las Provincias (se utilizará la red nacional clientelar de "planes sociales" para eludir la oposición de gobiernos provinciales) y el Derecho de los Padres a educar a sus hijos, con dibujitos y esquemas elementales para inculcar a los niños desde el Jardín de Infantes que es un "privilegio" que tengan padre y madre e identidad o que es completamente indiferente que no los tengan: “Es importante explicarles que todas las familias son diferentes. Hay familias con un papá y una mamá, hay familias con un papá solo o una mamá sola, con dos papás o con dos mamás, hay familias donde algunos hijos son criados por la abuela, hay familias con hijas e hijos adoptivos, hay familias sin hijos y muchas otras más”.
Cualquiera podía predecir aquel día del 13 de Julio del año pasado, cuando una masiva manifestación frente al Congreso alertó por su inminente aprobación, que el problema esencial del matrimonoide gay no es que se "casen" 800 homosexuales al año o que jodan la vida a otros tantos niños anuales sino la violenta reingeniería social de heterosexuales antifamilia (la cual incluye como paso principal la invasión de las aulas y poner en entredicho el derecho de los padres a la educación de sus hijos) que pretende aniquilar el matrimonio como cauce ineludible de la productividad biológica del hombre y la mujer y la sexualidad entendida principalmente como trasmisora y comunicadora de la vida.