Declaración universal por el derecho de los padres a educar a sus hijos contra la normalización de la homosexualidad en las escuelas.
En atención a los intentos de poner en igualdad legal al matrimonio con las uniones convivientes de personas del mismo sexo y muy especialmente porque las experiencias indican que simultánea o inmediatamente se pretende instalar en las aulas –en todos sus ciclos desde el parvulario- la idea de que, a consecuencia de ello, nuestros niños deben “aceptar” la “diversidad sexual” y poder “elegir” su “orientación sexual” en el futuro, nosotros, padres y madres de niños en edad escolar decimos a las autoridades públicas y les reclamamos:
1.- Respetar la naturaleza, lo cual no es solamente controvertir la legalidad y conveniencia de las corridas de toros, la tala de bosques, la construcción de represas o la utilización de materiales no biodegradables sino también no mentirle a nuestros hijos sobre la supuesta existencia de niños con “dos papás” o “dos mamás” o enseñarles la utilización no biológica de algunos órganos del cuerpo humano.
2.- Respetar el carácter fundacional de la familia que tiene el maravilloso y exclusivo poder comunicador de la nueva vida resultante de la unión de la mujer y el hombre.
3.- Respetar el derecho de los niños a conocer su identidad y a vivir conjuntamente con su madre y con su padre y ser cuidado por ambos, lo cual implica no poner como virtud en las aulas técnicas de falseamiento de la realidad biológica como el tráfico anónimo de de semen u óvulos y alquiler de vientres, las que además ponen en peligro o eliminan numerosas vidas humanas por la manipulación y descarte de embriones así concebidos.
4.- Respetar el natural desarrollo evolutivo psíquico y sexual de nuestros niños, sin crearles falsos conflictos por una supuesta “elección sexual” futura o falsísimos entornos de ambigüedad de género, teniendo en cuenta que la fase infantil de afirmación del propio sexo y las diferenciales construcciones psíquicas de los niños con sus progenitores de sexo opuesto forman parte principal del desenvolvimiento de su personalidad adulta.
y
5.-Respetar que nuestros hijos sean educados en la valoración irrestricta de todos los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida, el derecho a la identidad de las personas y también el derecho a la igualdad, que no se respeta en los niños si se admite y se les enseña que a alqunos de ellos se les puede negar su derecho a tener padre y madre con la excusa de una pretendida “igualdad” entre el matrimonio y las uniones convivientes de personas del mismo sexo.
Buenos Aires, Julio de 2011
Buenos Aires, Julio de 2011