Hungría incluye la prohibición del matrimonio gay en su nueva Constitución. ENEWSPAPER
1) Porqué no matrimonio "igualitario"
2) Porqué no matrimonio "heterosexual"
La noticia del blindaje constitucional del matrimonio hombre-mujer, mujer-hombre en Hungría pasó silenciada en la gran prensa, como suele ser habitual. Sale en grandes titulares que siete estados de Estados Unidos aprobaron el matrimonoide gay pero se omite que más de treinta estados de ese país estatuyeron en sus Constituciones que el matrimonio es la unión del hombre y la mujer.
"El mundo va en esa dirección" dijo el inefable alcalde Macri, cuando incumpliendo sus deberes de funcionario público decidió no apelar los prevaricadores fallos judiciales del tipo Dra. Liberatori que con anterioridad a la ley 26.618 aprobaban matrimonoides gays. Pero es pura espuma, si fuera por la cantidad de países que deciden la cuestión legislativa o constitucional en uno u otro sentido, diriamos que es precisamente al revés: el mundo reacciona y perfecciona el matrimonio y la familia ante el embate de las ideologías antifamilia que utilizan al movimiento gay de mascarón de proa.
Pero vamos al tema de la entrada, que es el equívoco de la expresión "prohibición" del matrimonoide gay.
En Hungría simplemente se ha ratificado constitucionalmente lo que es obvio, que el matrimonio es la unión del hombre y la mujer. Directamente no se menciona al supuesto "matrimonio" homosexual. Así lo hacen también las constituciones de los estados de USA que blindaron el matrimonio verdadero, hombre mujer, mujer hombre. Según la RAE prohibir es poner fuera de la ley algo y dificilmente en Hungría se pueda poner "fuera de la ley" lo que nunca estuvo en condiciones de estar "dentro de la ley" en similares condiciones. El matrimonio y el matrimonoide gay son dos cosas absolutamente distintas,como el agua y el aceite.
Al perfilarse el matrimonio monogámico judeo-cristiano hace más de 4000 años a nadie se le ocurrió que podria incluir la unión de dos o más hombres o de dos o más mujeres. Está claro que los homosexuales pueden, si quieren, unirse establemente. Son muy pocos en realidad (aunque con gran presencia mediática) pero nadie les impide hacerlo, incluso hay muchos proyectos de uniones asistenciales (que incluyen no solo a homosexuales, sino ancianos, amigos, estudiantes, etc. que deciden convivir y prestarse mutua ayuda) que los tienen en cuenta. Pero de allí a tergiversar el matrimonio equiparandolo con este tipo de uniones que nada tienen que ver con el encauzamiento de la productividad biológica de la conjunción del hombre y la mujer hay un larguísimo recorrido, pero que los centros ideológicos familifóbicos recorren alegremente para debilitar el matrimonio, la familia, el marco identitario, de manutención y socialización de los niños, preexistente a los estados y que es la escuela de la perfecta armonía de libertad y autoridad para todos los ciudadanos.
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